A la hora de fijarnos en el éxito, el ser humano tiene tendencia a quedarse con las partes buenas: la fama, el dinero, el prestigio, la notoriedad, la vida social, etc.
Felicidad
Pero lo cierto, es que hay todo un mundo detrás con mucho esfuerzo, mucho trabajo y mucha mierda, que la gran mayoría de las veces no se cuenta porque no interesa o no es glamuroso, pero yo sí lo voy a poner de relieve.
¿La verdad?
La verdad es que conseguir sueños o retos no es nada fácil.
Es un proceso duro, lento, meticuloso, jodido y, por momentos, desagradable e intimidatorio.
Es posible que te visite la tristeza, la desgana, el llanto, el miedo, la rabia y hasta el deseo de abandonar.
Podría seguir detallando infinitos agravantes, pero creo que no es necesario, porque si has llegado hasta aquí es que eres un/a soñador/a y sabes perfectamente de qué va esto.
Fíjate que puede parecer que esté tirando piedras a mi propio tejado, pero no sería fiel ni a mí ni a mis principios, si no comulgo con lo que quiero y pido para mí: sinceridad, rigor y confianza.
Mi objetivo con este apartado no es desilusionarte, más bien lo contrario, ponerte las cartas sobre la mesa, tenderte la mano y, a partir de aquí, que tú decidas desde el corazón, con la verdad por delante.
Si a pesar de todo, das un paso al frente y me eliges, no dudes que tendrás mi mano, para:
Cuando flaquees, te agarre.
Cuando dudes, te guíe.
Cuando llores, te seque.
Cuando no puedas, te ayude.
Cuando te sientas solo, te acompañe.
Pero sobre todo, para recordarte que ya sabíamos que todo esto iba a pasar, solo que ahora, no lo pasarás sol@.
Elegir un buen aliado no solo te hará más fuerte; te hará mejor.
Y esa, es la pura verdad.